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El verano está aquí para quedarse, o eso dicen los meteorólogos, y hay muchas cosas que no nos pueden faltar, una buena crema solar, ropita fresca, sandalias cómodas y…. ¡unas gafas de sol! Al igual que nuestra piel, nuestros ojos también son vulnerables a los efectos nocivos de los rayos UVA, los cuales dañan nuestra lente natural y pueden causar cataratas y degeneración macular a la larga. Además, la piel alrededor de los ojos es una de las más propensas al cáncer, por lo que al cubrirla minimizamos el riesgo.
Ahora bien, siempre hemos pensado que las gafas, y en especial las de sol, no favorecen a todo el mundo, lo cual no es cierto. El problema viene en entender la diferencia entre unas gafas que nos gusten y unas gafas que nos queden bien. Cuando hace unos años se pusieron tan de moda las gafas oversize todo el mundo quería tener unas… ¡grave error! Hay una forma de gafas para cada tipo de rostro:
Rostro Ovalado:
Rostro Redondo:
Rostro Triangular (o con forma de corazón):
Rostro Rectangular:
Rostro Cuadrado: