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Las razones para depilarse pueden ser muchas: una excesiva cantidad de vello, por higiene o para mejorar nuestro aspecto físico y con ello el autoestima. La cuestión es que la depilación ya no es sólo cosa de mujeres, de hecho, el 35% de los que acuden a centros de belleza por un tratamiento de depilación son hombres.
Hay varios tipos de depilación láser, dependiendo de la tecnología utilizada. Para decidirnos por uno u otro tendremos que tener en cuenta las zonas que vamos a tratar, nuestro color de piel y vello y el dinero que pretendamos gastar en el tratamiento completo.
El láser de diodo es el que ha demostrado ser más efectivo, aunque también el más caro. Es apto para pieles claras y oscuras, y perfecto para eliminar el vello más negro. Es rápido: el tratamiento para las axilas tiene una duración de unos 20 minutos aproximadamente. Además el aplicador posee una superficie que enfría la piel para evitar quemaduras y que el tratamiento sea menos doloroso.
El láser Rubí fue el primer láser utilizado para la depilación. Es perfecto para pieles claras y vello oscuro, y muy eficaz para el vello facial, pero para nada recomendable para pieles oscuras. Es rápido, y también el más económico.
Por último se ha desarrollado el láser Alejandrita. Esta tecnología es apta para todos los tipos de piel y vello. Tiene la ventaja de poder utilizarse cuando se tiene la piel bronceada por el sol, por lo que el tratamiento puede seguirse durante todo el año. Es perfecto para eliminar el vello de la espalda.
Hay que tener en cuenta que el láser sólo puede aplicarse sobre la piel sana. Si se padece acné severo o cualquier otra enfermedad de la piel habría que esperar a que sane.